Nada será para siempre
Se iluminó el cielo cuando pasaste volando
y me dejaste tu sombra encima de todo el cuerpo.
Se puso negra mi vista toda la tarde
porque se metió tu sombra entre mis ojos.
Tu sombra que es puerta y cascada,
tu sombra que es de luz y reflejos.
Yo no pude ver el cielo encendido
ni pude ver las aves ni las nubes.
Yo no pude ver el vuelo que emprendiste
ni pude ver los soles que nos arden.
Yo vi la tormenta que tú eres y el relámpago partiéndome en mitades.
Nada será para siempre
ni tus luces
ni tus sombras
ni tus rayos.
Nada será para siempre.
Solo el eco de tu estruendo,
adentro mío.