Mejor te alumbro
Me metí al fondo de la lámpara en la calle,
fui su corazón iluminante, iluminado,
y dejé caer la lluvia de mi pecho,
el rocío de la luz sobre el asfalto.
Acaricié el viento, me posé en los parques
y viajé entre la noche hasta los suelos,
alumbré caminos de paseantes
y escuché sus silencios en secreto,
me quedé en sus ojos y en sus caras
y en sus pieles blancas y en sus gestos,
y me quedé callado sobre el aire,
me quedé tranquilo bajo el cielo.
Miré un niño pasar tarde
de la mano frágil de su abuelo,
y se decían muchas cosas sin hablarse
y se movían a todos lados sin su cuerpo.
Vi pasar el vuelo de un ave
y llegó el presagio de los muertos,
sentí el miedo entre mi sangre
y me corrió por dentro como fuego.
Creí haber sido luz desde antes
y no saber lo negro que es lo negro,
y me volví como olas de los mares
reventando en las bocas como besos.
Como si fuera luz llena de sales
que se extiende en lo más seco del desierto,
tú dime si me muevo a todas partes
o si mejor te alumbro, y no me muevo.