Al borde de su cuerpo
Me puse a describir la nada usando toda la información que no tengo de ella. Fue tan vasta que llené todo el lugar con palabras vacías. Parecía un paisaje de acantilados, y parecía también, una mirada frente a otra.
Nunca supe, con certeza, cuántas palabras se necesitan para construir lo real. Tampoco lo sé ahora.
Lo que supe, al instante, es que yo me reconocería en todo lo que no es, en lo que no existe, en lo que no será.
Me acerco a la nada y la vista es increíble. Lo mismo pasa cuando estoy al borde de su cuerpo.
Cuerpo que es de ella pero mío.
Y yo, que aunque no soy, le pertenezco.